domingo, 6 de junio de 2010

GUÍA PARA EL COMENTARIO DE TEXTOS LITERARIOS


A. MODOS DE ESTUDIAR LITERATURA

1º. LECTURA DE OBRAS LITERARIAS:
• En extensión: lectura de muchas obras.
• En profundidad: comentario o explicación de textos. El comentario de textos literarios es una herramienta que nos permite acercarnos al texto, profundizar en sus componentes temáticos (fondo) y estilísticos (forma), ponerlo en relación con una época, una ideología… En definitiva comprender y enjuiciar textos de forma meditada y apreciar su valor estético de forma técnica, sin dejarnos llevar por la primera impresión que suscita el texto en nuestro ánimo.

2º. ESTUDIO DE LA HISTORIA DE LA LITERATURA como elemento auxiliar.
El comentario de textos será tanto mejor cuanto más se haya leído y mejor se conozca la Historia de la Literatura.

B. FINALIDAD DEL COMENTARIO DE TEXTOS: Explicar el contenido y las características lingüísticas de un texto con la intención de provocar una reflexión en el receptor. No se trata de explicar conceptos teóricos, sino de aplicarlos, con la finalidad de analizar el texto. Se tendrá que remitir constantemente al texto objeto de análisis mediante citas literales y referencias a las líneas o fragmentos donde aparece el aspecto que se comenta.

El resultado final del comentario dependerá en gran medida de conocimientos:
• Personales: La habilidad en el análisis y en la redacción, sensibilidad, agudeza, etc.
• Otros que se adquieren con el tiempo: lengua, literatura, métrica, geografía, historia, sociología, economía, religión, etc.

Los objetivos del comentario de texto son:
a. Fijar con precisión qué dice el texto (fondo).
b. Dar razón de cómo lo dice (forma).

Son buenas todas las explicaciones que, razonadamente, establezcan una relación clara y ordenada entre el fondo y la forma de un texto. No existe una única posibilidad de resolver el problema de la interpretación de un texto, sino diferentes maneras de aproximarse a él, pero hay unas técnicas más útiles que otras y existen ciertos aspectos imprescindibles para un buen análisis de los que nos ocuparemos en lo que sigue.

C. MÉTODO DE COMENTARIO DE TEXTOS: Es importante seguir las fases que se explican a continuación:

1º. LECTURA ATENTA DEL TEXTO.

- Leer despacio y comprender las palabras.

- Buscar en el diccionario todo lo que no entendemos o entendemos a medias (en el examen no contaremos con un diccionario, pero su uso continuado proporciona un conocimiento del léxico suficiente para encararlo con tranquilidad).

- Si cuando buscamos en el diccionario hay dos o más acepciones de una palabra, sólo nos interesará la que conviene al texto (para saber cuál es esta acepción hay que sustituir mentalmente la palabra problemática por sus diferentes acepciones hasta que se realice un ajuste perfecto al texto).

En esta fase hay que comprender el texto, conocer su sentido literal, no interpretar qué sentido especial tiene alguna expresión.


2º. LOCALIZACIÓN O PRESENTACIÓN DEL TEXTO. Con esta fase comienza el ejercicio del comentario. Se trata de situar el texto dentro de la producción de su autor y de la época correspondiente.

Utilizaremos nuestros conocimientos de Literatura y de Historia de la Literatura y seguiremos los siguientes pasos:

1. Relacionar la obra con el autor, su vida y el total de su producción. Destacaremos sólo aquellos aspectos biográficos que sean relevantes para interpretar el texto. No es pertinente emplear estos datos como excusa para demostrar todo lo que se sabe sobre la vida del autor o su carácter. Es conveniente que nos detengamos sólo en aquellas cuestiones que sean significativas en nuestro comentario.

2. Situarla dentro del contexto histórico e ideológico de su tiempo.

3. Relacionar la obra con la época o movimiento literario. Seleccionaremos marcas en el texto de la época o el movimiento literario en el que se encuadra. Comentaremos si estamos ante una obra típica de su época o si, por el contrario, presenta novedades significativas; cada autor y cada obra puede poseer rasgos originales y propios.

4. Resaltar las características del género literario y subgénero al que pertenece. Mencionaremos sólo aquellas que influyen directamente en el texto u obra que se va a comentar.

5. Si analizamos un fragmento, hay que ubicarlo dentro de la obra a la que pertenece y relacionar ésta con el resto de la obra del autor. Podemos encontrarnos con las siguientes situaciones que requieren diferentes tratamientos:
- El texto pertenece a una obra que conocemos entera: Situar exactamente el fragmento en la obra, para ello, narraremos el argumento de la obra y señalaremos en qué punto se inserta.

- El texto pertenece a una obra de la que conocemos sólo una parte: Narrar brevemente el argumento o contenido de la obra y situar en ella el capítulo (la escena o el episodio, etc.) que conocemos. Narrar brevemente el contenido de dicho capítulo y situar en él el fragmento que se nos ha propuesto para la explicación.

- El texto pertenece a una obra de la que no conocemos nada: Proceder como si el texto fuera completo. (Puntos 1-4).


3º. REALIZACIÓN DEL RESUMEN Y DETERMINACIÓN DEL TEMA.

Resumen: Un buen resumen condensa lo esencial del texto conservando sólo los detalles importantes. Hay que sintetizar el contenido del texto, no reproducir la forma. Algunos consejos para realizar el resumen son:
- No utilizar la sintaxis ni el léxico del texto original.

- No parafrasear el texto.

- No debe contener interpretación ni opiniones propias.

- No debe ser más largo que el texto, en general, ocupará unas diez líneas, con letra normal.
- Hay que evitar el lenguaje poético, es preferible utilizar lenguaje estándar.

- Casi todos los textos permiten organizar el resumen en un solo párrafo.

- Muchos tienen tendencia a usar fórmulas fijas como: El texto nos habla de…, El autor narra…, El fragmento propuesto para resumir trata sobre…; no hay inconveniente en admitir estos clichés, pero quizá resulten más adecuados en otras fases del comentario, en el resumen hemos de economizar palabras y podemos prescindir de este tipo de recursos.

Tema: Si el texto es fragmento de una obra mayor:
- Aclararemos brevemente cuál es el tema general de la obra y cuáles sus motivos temáticos principales. Es necesario insertar el texto dentro del argumento de la obra a la que pertenece.
- A continuación debemos definir el tema del fragmento y ponerlo en relación con el de la obra.
Si eliminamos del resumen todos los detalles y definimos sólo la intención del autor, conseguiremos enunciar el tema.

Hay que encontrar un enunciado (oración o frase) que sólo sea aplicable al texto que comentamos y que exprese su idea fundamental, su mensaje, lo que el autor ha querido decir; para ello se recomienda buscar un sustantivo abstracto que condense el mensaje (queja, exhortación, crítica, lamento…) y acompañarlo de tantos adyacentes como necesitemos para que la frase resultante identifique el texto en cuestión. Puede también optarse por una oración parecida a éstas: El autor se lamenta de…, El amor traspasa los límites de…, El protagonista se queja de…

Sus características son: claridad, exactitud y brevedad (no debería superar las diez o quince palabras). El tema debe enunciarse con brevedad, pero no de forma simplista (decir que un texto tiene como tema el amor es demasiado impreciso: debemos matizar esa afirmación)

Se podría decir que el tema es un resumen del resumen, pero, al contrario que en este último, aquí sí se debería interpretar el sentido del texto o la intención del autor.

4º. DETERMINACIÓN DE LA ESTRUCTURA: Establecer cómo se ha organizado el contenido del texto para que forme un todo. Si no se pudiera establecer la estructura de un texto, su interpretación resultaría difícil, e incluso podría ser incoherente. Todo texto coherente comporta dos tipos de organización de los contenidos:

1. Estructura externa: Disposición de los enunciados en capítulos, apartados, párrafos, etc:
• Si se trata de un texto poético, realizar el análisis métrico: medida, rima, estrofa, poema… Si es posible, debemos poner estos datos en relación con otras obras del autor y movimiento literario. Si un autor introduce novedades en el empleo de la métrica, dejaremos constancia de ello.

• Si es un texto narrativo, indicar cuántos párrafos o capítulos lo forman. Señalar también sus elementos constitutivos: focalización y tipo de narrador, tiempo externo e interno, tipo de espacio, personajes… Sería conveniente buscar una explicación para cada uno de estos aspectos: ¿Por qué el autor opta por una determinada focalización o espacio? ¿Qué efectos busca? ¿Con qué intencionalidad los emplea? Así profundizaremos en el significado último del texto.

• Si es un texto teatral, indica los cambios de escena o de acto y los diferentes planos que aparezcan: apartes, conversaciones cruzadas…

2. Estructura interna: División del texto en partes teniendo en cuenta el desarrollo lógico del contenido, la evolución del tema.
Todas las partes de un texto se relacionan entre sí, porque todas contribuyen a expresar el tema; pero se diferencian en que el tema adquiere variaciones en cada una de ellas. Hemos de delimitar de qué línea a qué línea (o verso) va cada parte y explicar de qué habla cada una de ellas.
Para hacer la división se pueden tener en cuenta diversos factores:
• Las estructuras propias de los géneros y de los modos de elocución: narración (planteamiento, nudo y desenlace, estructura circular, final abierto, etc.); texto teatral (monólogo, diálogo rápido, aparte…), argumentación (tesis y argumentos), etc.
• La división en párrafos, ya que éstos constituyen en sí mismos una unidad de contenido y, por lo tanto, sería una incongruencia que se dividieran.
• Si establecemos más partes de las necesarias perderemos el carácter unitario del texto (no creamos que si tenemos muchas partes somos más precisos).
• En poesía es un error considerar que cada parte coincide con cada estrofa (aunque a veces puede ocurrir).

5º. ANÁLISIS DE LA FORMA PARTIENDO DEL CONTENIDO: La forma son las palabras y giros gramaticales que integran el texto. Debemos tener presente que entre todos los medios lingüísticos que el idioma ofrece al escritor, éste ha elegido los que le parecían más adecuados para expresar el contenido. En el comentario debemos comprobar de qué modo el contenido determina la forma del texto y explicar cada rasgo formal como una exigencia del contenido. Este es el principio fundamental del comentario de texto: el contenido está presente en todos los rasgos formales.
Esta es la fase más extensa del comentario, en ella hay que explicar no sólo qué dice el texto, sino cómo lo dice. Para ello, analizaremos la lengua del texto; los recursos fónicos, morfosintácticos, semánticos y estilísticos y los relacionaremos con el desarrollo del tema y la intención del autor. Siguiendo los apartados que se han propuesto en la estructura interna, explicaremos cómo los recursos estilísticos resaltan los contenidos, describiendo así la relación entre el contenido y la forma.
Para que no olvides nada, aquí tienes algunas de las cuestiones lingüísticas y estilísticas que siempre debes tener presentes y que te ayudarán a determinar la estructura y el desarrollo temático de un texto:

o Aspectos fónicos: modalidades oracionales, métrica y peculiaridades fonéticas.

o Aspectos morfosintácticos: personas y tiempos verbales, estructuración sintáctica (conectores), abundancia de adjetivos, sustantivos o verbos:
- Análisis de los sustantivos (concreto, comunes, abstractos...)
- Análisis de los adjetivos (especificativos, epítetos, sensoriales, evocativos, ponderativos…)
- Análisis de los pronombres (personas gramaticales, uso enfático, afectivo…)
- Análisis de los determinantes y verbos
- Estudio de la sintaxis (por ej., en una descripción impresionista predominan las oraciones breves, simples o yuxtapuestas; en un argumentación retórica, los periodos son largos y subordinados.)
o Aspectos léxico-semánticos: campos semánticos predominantes, tecnicismos, neologismos, cultismos, presencia de mitos o tópicos, connotación o denotación. Estudio del registro lingüístico…

o Aspectos estilísticos: Debes señalar las figuras retóricas o estilísticas que aparecen en el texto y relacionarlas con el contenido: aliteraciones, comparaciones, metáforas, repeticiones...

o Aspectos textuales: los modos de elocución (narración, descripción, diálogo, argumentación...)

o Tipo de lenguaje: culto, común, coloquial...

También sería interesante establecer relaciones del contenido y los recursos con la globalidad de la obra, su movimiento literario y su época.
Es el momento de comentar las posibles relaciones de intertextualidad: cuáles son sus posibles hipotextos o si se ha convertido en hipertexto de otros posteriores.
Esta fase 5ª (análisis de la forma partiendo del contenido) puede realizarse de forma conjunta con la anterior (determinación de la estructura), de forma que iremos explicando de forma conjunta la forma y el contenido del texto.


6º. CONCLUSIÓN.
Si terminamos el comentario sin una conclusión dará la impresión de que no hemos captado la esencia y el significado del texto. La conclusión se compone de:

1. Síntesis de nuestras observaciones: Reducir a líneas generales los resultados del análisis, no sumar los datos en una farragosa enumeración, sino resaltar su rasgo común; para ello es necesario releer el comentario fijándose en las observaciones que tienen un origen o finalidad común.

2. Valoración personal de las ideas del texto: Se trata de un comentario crítico de los contenidos del texto. Primero tenemos que interpretar lo que el texto nos quiere transmitir (teniendo en cuenta la intención del autor) y, a continuación, emitiremos nuestros juicios valorativos basados en razones y argumentos conviencentes. No debemos limitarnos solamente a dar impresiones subjetivas de alabanza o de censura sino que debemos usar argumentos y razones que apoyen nuestras valoraciones. Podemos confrontar nuestras ideas con las del autor del texto aprobando o rebatiendo sus argumentos con los nuestros propios. Podemos establecer relaciones entre las ideas esenciales del texto y otros elementos de la realidad (lecturas, noticias, acontecimientos, películas...).

Finalmente, trataremos de buscar la frase adecuada para concluir nuestro comentario con brillantez.



Bibliografía: Cómo se comenta un texto literario, Fernando Lázaro Carreter y Evaristo Correa Calderón, Madrid, Cátedra, 1994.

¿PARA QUÉ SIRVE LA LENGUA?

A lo largo de estos años en los que me he dedicado a dar clases de Lengua Castellana y Literatura son muchas las veces que mis alumnos me han hecho esta pregunta; ahora serán las palabras de otros las que contesten por mí.

La lengua une al hombre con su familia, con sus amigos, con su pueblo, con el mundo; la lengua sirve para informar, dar órdenes, suplicar, prometer, maldecir; para pensar, para querer, para engañar, para burlarse, para piropear, para rezar, para meditar; incluso sirve para soñar. No es extraño, pues, que los hombres hayan tenido y tengan una auténtica pasión por la lengua.
J. M. BLECUA, ¿Qué es hablar?

La lengua no sirve solamente al hombre para expresar alguna cosa, sino también para expresarse a sí mismo. No habrá ser humano completo, que se conozca y se dé a conocer, sin un grado avanzado de posesión de su lengua. Porque el individuo se posee a sí mismo, se conoce, expresando lo que lleva dentro, y esa expresión sólo se cumple por medio del lenguaje.
P. SALINAS, Defensa del lenguaje.

El lenguaje es un leve puente de sonidos que el hombre echa por el aire para pasar de su orilla de individuo irreductible a la otra orilla del semejante, para transitar de su soledad a la compañía (…)Lenguaje es comunicación, comunidad.
P. SALINAS, El defensor.